«Me gustaría un país donde haya abuelos felices»

Voces, reclamos y esperas de jubilados.

FUENTE: DIARIO CLARIN

Me gustaría vivir en un país en el que no tuviera una sensación de frustración, de impotencia ni de abatimiento, sin el temor inflacionario, con una moneda fuerte y con valores y actitudes, con una mejor calidad de vida, donde no falten elementos esenciales como la luz y el gas, porque confío en que estamos a tiempo de ser partícipes de un cambio.

En donde nuestros legisladores no olviden que representan a su Nación y cumplan con su mandato trabajando y presentando proyectos necesarios para el bienestar y crecimiento, y no legisladores ausentes para no dar quórum.

Me gustaría un país con un plan de gobierno con fundamentos jurídicos y políticos que sirvan para el bienestar de sus ciudadanos y que ningún poder se subordine al otro, respetando las leyes y la Constitución, donde haya educación, respeto y diálogo, sin crispación ni odios, respetando al poder de turno y acompañándolo sin violencia y sin agresiones, exigiendo que se honren nuestros derechos como ciudadanos.

Un país en el que no se persiga “nunca más” desde el poder político a los jueces que hacen cumplir la Constitución y la ley.” Porque el goce de los derechos individuales, sociales y colectivos depende de jueces independientes y responsables en el cumplimiento de su deber. Y por aquello que señaló uno de los juristas más grandes de América: Eduardo J. Couture: “El día que los jueces tengan miedo, ningún ciudadano podrá dormir tranquilo”.

Y donde haya abuelos felices, que la seguridad social sea para todos aquellos que han aportado con años de trabajo y que los dineros de la ANSeS sean utilizados para mejorar su último tramo de esta vida y no como es usado por el gobierno indiscriminadamente para su clientelismo político y prebendario. Sin críticas destructivas, sin rencor ni soberbia, con seguridad y sin corrupción. Así podrá surgir una nueva Argentina, que recupere sus valores morales y abierta al mundo.

Omar Martínez / PRESIDENTE ASOCIACIÓN ARGENTINA DE JUBILADOS APORTANTES / jubiladosaportantes@fibertel.com.ar

Voces, reclamos y esperas de jubilados

El secretario general de la Asociación del Personal de los Organismos de Previsión Social Leonardo Fabre ha empapelado la Ciudad con carteles que dicen “El salario no es ganancia”.

Mucho menos lo es la jubilación, y sin embargo la ANSeS paga jubilaciones reteniendo el impuesto a las Ganancias.

Hugo Perini / hperini@consejo.org.ar

Cuando lo absurdo se convierte en el vivir diario y vamos asumiendo que las atrocidades cotidianas son la normalidad, comenzamos a declinar los parámetros que rigen para que una sociedad pueda progresar.

Dejar de utilizar el celular en la calle porque se roban miles de ellos por día; no entrar el auto a la cochera por miedo a ser asaltado; que hablar de Conurbano sea símbolo de inseguridad; que las muertes en Rosario no sean tapa del diario; que los índices de pobreza no avergüencen a los gobernantes; que tener puertos cerrados o calles intransitables por piquetes no tenga castigo; que se reclamen planes y no trabajo; que sea preferible la informalidad antes que cambiar leyes laborales; que el que trabaja no cubra sus necesidades básicas; que la cantidad de personas durmiendo en la calle no le asombre a nadie; que el propietario sea esclavo de las expensas por decisión solo de una parte del acuerdo.

Y sigo, que los jubilados ganen menos que un planero; que pedir un turno médico en una obra social puede demorar más de tres meses; que los remedios tengan precio de joyas; que en un país agrícola-ganadero sea mal visto tener un campo; que los empresarios sean los responsables que desestabilizan la economía; que el combatir la inflación quede en manos de grupos anárquicos que vigilan los precios; que la inflación sea fruto de nuestra imaginación; que el Poder Ejecutivo pida juicio al Judicial; que miles de ñoquis cobren sin trabajar; que la ley de Alquileres perjudique a ambas partes; que todos los días crean un impuesto o suben la tasa o modifican las reglas. Todo esto y más es habitual en nuestra Argentina.

¿Hasta cuándo puede aguantar un pueblo tanta corrupción, tanta irresponsabilidad, tanta desidia?

Susana Mastronardi / susumastro@gmail.com

Piquetes, cortes y acampes en la 9 de Julio por reclamo de planes. Los sustenta el poder que hace clientelismo con los mismos por sus votos. Los manejan punteros políticos y sediciosos con aval del Gobierno y plata del pueblo.

Hay cortes de luz, en algunos lugares por horas o días. Los afectados cortan calles o la autopista Richieri con el mismo derecho. La avanzada la hacen los emisarios del Gobierno, que agitan a los ingenuos afectados por falta de suministro, tiran piedras, generan un ambiente de caos y se van.

Los que quedan que hace días no tienen luz y agua, se les pudrieron los alimentos y pierden dinero aún con la miseria que gana la mayoría, son reprimidos por cortar la vía pública. El pueblo trabajador es castigado por un Estado corrupto, que por otro lado fomenta cortes, piquetes, acampes que promociona y no los reprime.

La poca clase media que queda está harta, la clase baja e indigentes que trabajan o son jubilados, están hartos.

No queremos más un país de políticos nacionales, provinciales y municipales ricos, legisladores ricos, Justicia rica, clases sociales ociosas de ex profeso y una gran mayoría trabajadora y jubilados pobres y la industria y la producción a punto de fundirse.

Rodolfo C. Castello / rccastello@hotmail.com

El presupuesto de prestaciones sociales para pago de jubilaciones fue reducido en un 12% con relación al año anterior. Así el Ministerio de Economía cumple con el ajuste acordado con el Fondo Monetario.

Resulta inadmisible que un gobierno que se jacta de defender los DD.HH., haga pagar a nuestros jubilados con haberes paupérrimos su pésima gestión de mandatos anteriores, en una época en que recrudece la inflación, poniendo en evidencia la insensibilidad oficial y la hipocresía con la que declama “Primero la gente” que la presidencia utiliza en su falaz publicidad.

La revisión del Presupuesto nacional revela que fue más cómodo al Gobierno modificar la fórmula de ajustes trimestrales de los haberes jubilatorios, eliminando el índice de inflación, que obrando con sentido de equidad social racionalizar el gasto del Estado y ajustar el costo de mantener a la militancia adicta a través del empleo público y los planes sociales, financiados con emisión monetaria, de la misma forma como sin reparos cubre los déficits de las empresas públicas.

¿Qué piensa la señora Fernanda Raverta directora de la ANSeS sobre el tratamiento inhumano dado a los jubilados y cual será su propuesta para poner fin a esa injusticia? ¿O a caso va a seguir con el parche limosnero de los bonos o gastando en costosos cortos publicitarios de TV, intentando mostrar una gestión social que sólo existe en su fantasiosa imaginación?

Victor La Pietra /  lapietrav-@hotmail.com

«Para un jubilado es imposible vivir con cifras escalofriantes»

Voces, reclamos y esperas de jubilados.

FUENTE: DIARIO CLARIN

Voy a hacer una descripción y analogía desde el momento que me jubilé a principios del 2017, y diciembre de 2022. Veremos la evolución del valor del dólar, desde esa fecha a ahora, al igual que los índices de inflación anual u otros parámetros.

El dólar oficial era $ 15,70 a inicios 2017 y $ 175.25 a fines 2022, aumentó 11,16 veces. La jubilación mínima a inicios de 2017 era de $ 7.246, en diciembre 2022 fue de $ 50.353, aumentó 6,94 veces. Comparadas, las jubilaciones se vieron afectadas en 4,22 veces menos respecto al dólar oficial.

Nuestro deterioro jubilatorio ronda en el 400% en 6 años, al dólar en diciembre 2022, valor ficticio. En esos 6 años tenemos un 400% de pérdida del valor adquisitivo, como mínimo. A inicios de 2017 el asado estaba a $ 109 el Kg, en diciembre de 2022 su valor oscilaba en $ 1.300, o sea 11,92 veces más, semejante al dato del dólar oficial. El índice de inflación de 2017 fue del 25.68% y en 2022 del 94.79%., o sea 3,7 veces más, ahí está el 400%, más menos, de ingresos jubilatorios perdidos.

Dólar blue a fines de 2017 estaba a $ 16,70 en 2022 cerró a $ 346, aumentó 20,71 veces. Diferencia dólar oficial y el blue fue de 0,5% más, y en 2022 el 100% superior. Con este guarismo se duplica el dólar oficial en este último período, no hay un parámetro posible que mida fehacientemente el valor de la moneda, índice de precios, inflación y deterioro adquisitivo. Imposible vivir en un país bajo estas cifras escalofriantes y dudosas.

Rodolfo C. Castello / rccastello@hotmail.com

Voces, reclamos y esperas de jubilados

Al anunciar el aumento del 17,04% a los jubilados, la directora de la ANSeS y el ministro Sergio Massa según su costumbre han vuelto a mentir, asegurando que las jubilaciones superan a la inflación.

La funcionaria ha dicho que la jubilación más el bono de $ 15.000 será de $ 73.665, y comparada con los $ 14.068 de diciembre de 2019 será superior en términos reales un 11%. Esto es mentira porque la ANSeS en aquella fecha dio un bono de $ 5.000 y pagó $19.068.

La licenciada debe comparar ambos montos con bonos incluidos o sin bonos y entonces verá que el ajuste hasta hoy fue de 286,33%. Mucho menos que los 367% de inflación para el mismo periodo según el INDEC.

Si los 19.068 del 2019 se hubieran ajustado por la inflación hoy la mínima sería $ 89.047. A los jubilados que cobramos más, como según parece somos beneficiarios privilegiados, nos fue peor, porque la caridad oficial de los bonos nunca nos llegó. Sé que hay gente que piensa, bueno, algo es algo, quién sabe cuánto cobraremos si vienen otros.

Las pocas experiencias con gente que aparenta preocuparse por nosotros fueron malas. Tal el caso del mismo Sergio Massa que fue director de la ANSeS entre 2002/7 y todas las mañanas aparecía con su notebook por televisión para solucionar el reclamo de algún jubilado.

Hoy nos damos cuenta que sólo era una excusa para trepar algunos escalones en su carrera política. Pero a pesar de todo no desesperemos. Creo que algún día aparecerá un dirigente honesto, mejor, que se pondrá colorado al saber que la canasta básica del adulto mayor según la Defensoría de la Tercera Edad es más del doble que la jubilación mínima. Que se dará cuenta lo que es sobrevivir con lo que cobramos y hará justicia.

Matías Aníbal Rossi / matiasrossi2014@gmail.com

Señor Presidente Alberto Fernández, me dirijo a usted para rechazar de plano el otorgamiento de un bono para los jubilados. No acepto una medida demagógica que realiza con mi propio dinero, pues el dichoso bono lo pagará con fondos de la ANSeS que es el dinero de los jubilados.

Deje de pretender que creamos que nos regala una limosna porque en realidad nos está estafando. Lo que debe hacer es sumar al haber de cada jubilado el monto suficiente y necesario para que ya no esté por debajo de la línea de pobreza.

Usted acaba de decir que Argentina es el país con mayor crecimiento después de China por 23 meses consecutivos. Pues bien, es su deber volcar ese crecimiento en los haberes jubilatorios de quienes trabajaron toda una vida para que este crecimiento sea posible.

Claudio E. Gershanik / gershanikce@gmail.com

¿Realmente queremos un cambio? ¿Realmente estamos preparados para eso? Un par de ejemplos: el boleto de tren Roca está $ 17, un caramelo sin exagerar, habría que multiplicar por cuatro el importe por lo menos para que implique cierta rentabilidad a la empresa y a la vez disminuir el subsidio, pero no, eso no se toca, es un derecho del trabajador.

Otro ejemplo, los jubilados tienen subsidiados los pasajes en el GBA abonando el 55%, si sólo se le da el subsidio al que cobra la mínima por ejemplo, el Estado se ahorraría, pero no, es un derecho adquirido. En los piquetes y cortes deberían poder intervenir las fuerzas de orden público, pero no, derecho adquirido.

Ni que decir con tocar edad jubilatoria, o flexibilizar leyes laborales, cosas que hay que hacer, pero nadie quiere que le toquen su quintita. Va a ser muy difícil para el próximo gobierno realizar cambios profundos, los que ahora gobiernan saldrán a oponerse a fuerza de marchas y piedras, pero lo peor, creo yo, es que gran parte de la sociedad votará por un cambio, pero por otro lado no está dispuesta a cambiar nada.

Alejandro Molinatto / molinattoalejandro@gmail.com

La nueva fórmula de aumentos trimestrales de los haberes jubilatorios es un despropósito, frente a los efectos de una inflación sin techo, Han perdido capacidad de consumo y están soportando las penurias del ajuste fiscal que les impuso el Ministerio de Economía para cumplir con las metas comprometidas con el FMI.

Resulta inadmisible que un gobierno que dice defender los DD.HH. condene a los jubilados con haberes paupérrimos a pagar los desastres de su pésima gestión. Fue un tremendo error de los legisladores y del Poder Ejecutivo eliminar el índice de inflación de la fórmula de aumento de haberes y recurrir al pago de bonos que no evitan el deterioro de su poder de compra.

Si las autoridades obraran con sentido de equidad social deberían racionalizar el gasto del Estado y dejar de mantener a la militancia a través del empleo público y los planes sociales para no tener que considerar variable de ajuste a los jubilados.

¿Qué piensa hacer la directora de la ANSeS para terminar con la injusticia del tratamiento dado a los jubilados y corregir la incoherencia de seguir aplicando una fórmula que fue un dislate desde su puesta en vigencia.

Víctor La Pietra / lapietrav-@hotmail,com